El país cuenta con una importante
gama de recursos minerales: el níquel y cobalto en las regiones
de Mayarí-Nícaro y Moa-Baracoa; el caolín, el cuarzo y el
mármol (con una diversidad sorprendente por su calidad:
rojo, rosado, negro, gris, verde, blanco) en la Isla de
la Juventud; la caliza, marga y arcilla para la producción
de cemento y materiales de construcción en Gibara, Siguaney
y Santiago de Cuba, así como el petróleo y el gas en la
zona del litoral norte de las provincias de La Habana y
Matanzas. Producto de nuevas investigaciones se han descubierto
yacimientos minerales polimetálicos, con los que se produce
plomo, cinc y barita, y se han reevaluado yacimientos de
oro, cobre, magnesio, hierro y cromo. Las reservas de las
minas de níquel aseguran el funcionamiento de las plantas
existentes y de futuras inversiones. En los últimos años
se ha incrementado la explotación y comercialización del
cuarzo, con diferentes aplicaciones en la isla. Entre las
principales especies maderables aparecen el pino macho,
la caoba de Cuba, el cedro, el mangle colorado y el ocuje.
Más del 85% de los bosques son jóvenes y los árboles maderables
tienen grandes dimensiones.
La explotación pesquera se
concentra fundamentalmente en los crustáceos: camarones
y langostas. Los arrecifes coralinos, muy bien conservados
en el archipiélago, poseen una extensión de 45 000 Km2
. La naturaleza virgen
de algunos cayos que han entrado en moderada explotación
turística despiertan el interés de los visitantes. La belleza
de sus playas, la calidad limpia y sin ninguna contaminación
de todas sus playas; la belleza y combinación de sus paisajes
-desde mogotes y cascadas hasta hermosas mariposas en las
llanuras- hacen de la isla un maravilloso espectáculo visual.
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